Modelo educativo

Nuestros fundadores convencidos de la unidad de la persona humana pugnaron por una educación integral, procurando unir la fe y el saber, la educación religiosa y la educación para la vida, porque ésta es la manera más segura para que el educando alcance la perfección.

El Modelo Educativo de la Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña se define como humanista, basado en las necesidades sociales. Recupera la filosofía heredada de la Madre Rosario Arrevillaga y el Padre Federico Salvador, hecha vida por la Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña (EIN) por más de un siglo.

Educamos desde el socioconstructivismo, porque entendemos que el ser humano es un ser social, que nace en el seno de una comunidad con los valores y criterios que le rigen, que vive en ella y no puede crecer y madurar de manera individual, sino en comunicación y colaboración.

Para nosotras, educar es contribuir a que cada niña y niño se forme una visión del mundo, de la naturaleza y del ser humano. Contribuimos para que fortalezcan sus valores y virtudes, reconozcan su propio carácter y voluntad, desarrollándose en libertad y responsabilidad. En suma, buscamos formar personas íntegras, capaces de actuar en el mundo concreto que les toca vivir, con sus retos específicos y sus problemas concretos.

Como escuelas de inspiración cristiana sabemos que debemos atender las necesidades y los desafíos que la historia nos ha heredado, sin descuidar los retos de nuestro tiempo. Abrimos la posibilidad a cientos de niños y niñas que sin la labor de las EIN quedarían sin escolarización. Como lo menciona el Papa Francisco (2020):

La educación es sobre todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite de generación en generación. La educación, por lo tanto, se propone como el antídoto natural a la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y a la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento y de imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Nuestro futuro no puede ser este. Hoy en día se necesita una etapa renovada de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad.

Nuestra pedagogía es:

• De presencia, donde el educador se expresa con su testimonio de vida
• De acogida, alegría y cercanía con las niñas y los niños, principalmente quienes más nos necesitan.
• De acompañamiento, que nos exige conocer y amar a nuestros alumnos.
• Buscamos el desarrollo constante de sus facultades de aprendizaje, porque sabemos que el conocimiento es una construcción individual.
• Ponemos acento en la disciplina y el orden como marco imprescindible para la superación académica y la formación de la voluntad. Como nuestra madre fundadora nos enseñó: “Hemos de educar con suavidad y firmeza; con dulzura y energía”.

Fomentamos el dinamismo y la participación activa entre los alumnos, exalumnos, jefas y jefes de familia, personal docente y de apoyo, porque es tarea conjunta el cuidar la formación permanente de cuantos componemos la Comunidad Educativa. La formación cristiana, la actualización profesional, la participación y revisión en común de cuanto se hace es el estilo peculiar de educar de las Esclavas de la Inmaculada Niña.